La valoración de una vivienda es un proceso esencial tanto para compradores y vendedores como para inversionistas y entidades financieras. Su objetivo es determinar el valor de mercado justo de un inmueble en función de factores específicos y objetivamente medibles. Así mismo y no de menor importancia, se deben contemplar situaciones sociales y tendencias de preferencia de compra por parte de la demanda en el momento preciso.
A continuación, se detallan los principales fundamentos, en los que se basa una valoración precisa:
1. Ubicación:
La ubicación es uno de los factores más determinantes en la valoración de una vivienda. No solo se trata de la ciudad o el barrio, dónde también se tiene en cuenta aspectos más específicos, como la cercanía a servicios esenciales (hospitales, escuelas, supermercados) y la accesibilidad a medios de transporte y vías principales y sobre todo la seguridad de la zona, el nivel de desarrollo de infraestructuras y el crecimiento urbano proyectado.
2. Características Físicas del Inmueble:
Las características propias de la vivienda son fundamentales para determinar su valor. Entre los factores más importantes se incluyen:
– Superficie construida y superficie útil: La cantidad de metros cuadrados de la propiedad y su distribución en espacios útiles (salones, habitaciones, baños).
– Estado de conservación y calidad de los acabados: La diferencia entre una vivienda reformada, con una reforma de varios años y una totalmente a reformar.
– Distribución y orientación: La distribución de los espacios y la orientación hacia la luz natural influirán en el confort y atractivo de la vivienda.
– Extras y características especiales: La presencia de terraza, jardín, garaje, trastero o instalaciones adicionales como aire acondicionado, calefacción o sistemas de eficiencia energética puede aumentar significativamente el valor.
3. Situación del Mercado Inmobiliario:
El mercado inmobiliario es influenciado por factores económicos, demográficos y sociales. La relación entre oferta y demanda de viviendas en una zona específica, los precios de mercado en ese momento, como la situación de tipos de interés y acceso a financiación impactarán en el valor de una propiedad.
Realizar una valoración actualizada permite captar el momento del mercado y adecuarse a las tendencias de compra o venta.
4. Comparativa de Mercado (Método de Comparativo de muestras)
Este método es uno de los más utilizados en la valoración inmobiliaria. Que realizan empresas técnicas de tasación homologadas. Consiste en analizar viviendas de características similares (en términos de ubicación, tamaño, antigüedad y estado de conservación) y en la misma zona o zonas comparables que se hayan vendido recientemente. Esta comparación proporciona un rango de precios ajustado al mercado actual.
5. Aspectos Urbanísticos y Jurídicos – Legales:
La situación urbanística y jurídica del inmueble es fundamental para asegurar una valoración adecuada. Factores como el tipo de uso permitido, la calificación urbanística, el cumplimiento de la normativa de construcción, pueden influir considerablemente en el valor de la propiedad.
Así como el conocimiento de cargas o gravámenes, registrales.
Conclusión:
Realizar una valoración de vivienda con precisión y objetividad, por un profesional homologado, permite establecer un precio justo y alineado con el mercado.
Esto se traduce en evitar errores al momento de establecer el valor *** precio*** de una vivienda, con respecto al valor de mercado y sobre todo al valor de mercado hipotecario, que utilizan las entidades de crédito al momento de otorgar una hipoteca.